En estos momentos no me creo poseedor de las palabras
adecuadas para definir con propiedad que significa “educar”, por este motivo,
optaré por citar dos citas célebres, que representan a la perfección mi ideal
de educación. Kant defendía que “la educación es el desarrollo en
el hombre de toda la perfección que su naturaleza es capaz”. Por otra
parte Herbert Spencer afirmaba
que “educar
es formar personas aptas para gobernarse a sí mismas y no para ser gobernadas
por otros”
Sin ninguna duda la educación es una de las principales
prioridades y preocupaciones de la sociedad, el problema, al menos desde mi
punto de vista, es que cada persona tenemos una ideal educativo y esto conlleva
a que con cada cambio electoral se produce una nueva reforma educativa. Esto sin
duda crea una inestabilidad enorme en el
sistema educativo. Quizás la solución ideal sería que todos los partidos
hicieran una puesta en común de ideas y establecieran un proyecto educativo a
largo plazo que no fuera tan sensible a
cambios electorales,
De lo que nos damos cuenta con esto, es de que quizás lo
complicado no es definir que es educar, sino establecer la forma más adecuada
de educar. En mi opinión la educación es el arma más poderosa y en consecuencia
la más peligrosa, sobretodo porque trabaja fundamentalmente con un “material” tan “sensible” y “absorbente”
como es el niño. Quizás parezca un poco exagerado, pero hay que saber ponerse
en la piel del niño. Lo que nos inculcan cuando somos niños suele ser lo que
consideramos correcto, por este motivo, si tu educas a un niño en la violencia,
vivirá creyendo que la violencia es algo positivo y por tanto la ejercitará; si
educas a un niño en el egoísmo vivirá creyéndose el centro del universo; si
educas a un niño en la ignorancia o la incultura no solos será un ignorante o un inculto, sino que además
estará orgulloso de serlo. Por este motivo debemos ser extremadamente
cuidadosos a la hora de educar, ya que todo lo que enseñemos tendrán una
repercusión en la posterior conducta del sujeto.
No obstante, y por el mismo motivo, podemos formar una sociedad justa, pacifista,
trabajadora, generosa, coherente,
altruista… y quizás no nos demos cuenta de que esto está en nuestras
manos, ni de que supone el mismo
esfuerzo, o similar, el educar a un niño en la violencia que en la paz, por
poner un ejemplo. Al final la educación es el instrumento que tenemos para
construir el futuro.
Pero ¿Solo podemos
educar a los niños? ¿Hay un límite de
edad para ser educado?. En mi opinión la respuesta es no, pero tal y como he
dicho antes, lo que nos inculcan cuando somos niños es lo que solemos
considerar correcto y por lo tanto es
mucho más fácil inculcarle a los niños los principios morales adecuados,
que tener que destruirle los falsos
ideales a un adulto y construir unas nuevas bases para su vida.
Para concluir diré que debemos darle a la educación la
incalculable importancia que tiene, tenemos la posibilidad de construir una
sociedad mejor, un mundo mejor. APROVECHEMOSLO
“Todo el mundo habla de paz, pero
nadie educa para la paz” (Pablo
Lipnizky)
ÁLVARO HURTADO BESÓ
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