La educación
debe tener como principal objetivo, el desarrollo personal del niño, apoyando
firmemente a su autonomía. Para ello es imprescindible, que la educación se
base en valores, que vayan constituyendo la personalidad del niño. Es
importante diferenciar entre valores extrínsecos y valores intrínsecos, que son
mucho más difíciles de derrocar.
En el texto
un debate controvertido, que sobre todo a edades tempranas los alumnos suelen
plantearse: ¿la educación tiene valor por sí misma, o únicamente es valiosa
cuando va dirigida a un objetivo específico?. Como se suele decir,” el saber no
ocupa lugar”, y cualquier aprendizaje te abre un poco más la mente y
posteriormente más que probablemente te será útil, directa o indirectamente,
para cualquier ámbito de la vida.
En relación
con lo que acabamos de tratar, Peters afirma que las actividades “valiosas” o
“serias”, tienen un gran valor cognitivo y son capaces de facilitar otras áreas
de la vida, y contribuir considerablemente a la calidad de estas. Por este
motivo, resulta muy importante saber diferenciar lo que es “saber cómo”, de lo
que es “saber que”.
A raíz de
esto, nos centramos en distinguir entre “conocimiento práctico débil” y
“conocimiento práctico fuerte”. La principal diferencia radica en que el
conocimiento práctico débil se basa únicamente en realizar la tarea de forma
correcta, mientras que el conocimiento práctico fuerte además, se centra en
conocer la naturaleza del movimiento, el propósito de dicho movimiento y
analizar el contexto en el que se va a llevar a cabo una determinada acción.
Para
concluir, en el artículo se defiende la necesidad de que el proyecto educativo,
apoye e incluya al movimiento y la educación física como uno de sus pilares
fundamentales, para el desarrollo personal de los alumnos. Para esto se hace
necesario, complementar conocimientos teóricos y prácticos, fomentando así un
conocimiento práctico fuerte.